
Él era un insecto feliz que un día se despertó convertido en un comerciante llamado Gregorio Samsa, y todo ello por casualidad, sin la intervención del mago del Siam. Una noche, aún confundido, mientras caminaba por las calles de París, se cruzó de bruces con el antropolicandro Denis. Ambos se miraron a los ojos y desde el primer momento existió una fuerte tensión sexual entre ellos, más bien animal, como cabía esperar. Comenzaron entonces una relación que los hacía felices, y vivían simbióticamente llevando una vida común que les satisfacía a ambos, y que incluso legalizaron. Pero un noche de luna llena, Denis se convirtió nuevamente en lobo. Con el paso del tiempo Gregorio resolvió suicidarse pues estaba cansado de echarle de menos. Decidió inhalar un bote de “cucal" aerosol, y, milagrosamente, en lugar de morir, se convirtió de nuevo en cucaracha.
Nadie me creería esta historia si fuesen otros tiempos, pero gracias a Dios y desde que se legalizaron los matrimonios del mismo sexo, ha quedado constancia del suceso en el registro civil.
Ernetti.
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