martes, 5 de julio de 2011

Diamantes para la eternidad







La levedad de un momento puede ser infinito cuando perdura invariable en la memoria. Lo breve se transforma en eterno en la impronta de nuestros recuerdos,y entonces, lo efímero de ese instante se perpetúa. Como se le perpetua en cadena a Martín el aciago momento en que borracho y en medio de una trifulca, le asestó dos estacazos en la cabeza a aquel joven que se desplomó yerto en el suelo. Ni el buen hacer del bufete Insua & asociados pudieron librarlo de la condena. Ayer, hoy, mañana y siempre, el recuerdo de ese segundo lo mortifica más que la propia cárcel. Y es que, un instante es para siempre, cómo los diamantes.

Ernetti.

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