Dr. Dios (pequeño cuento ernettiano).

"Dr. Dios".

Manuel Pérez Dios era un reputado cirujano con unas manos privilegiadas para su profesión. Sucede que en la vida los pequeños detalles tienen más importancia de lo que nos imaginamos. Leonor Gutiérrez era una paciente que iba a ser intervenida por el doctor Pérez en una cirujía que en principio no entrañaba demasiadas dificultades. Pero entre la hipocondría a la que era adicta Leonor, y las desafortunadas palabras pronunciadas por la enfermera justo antes de bajar a quirófano: -"Ahora todo queda ya en manos de Dios ", trajeron como consecuencia la muerte de la señorita Gutiérrez a causa de un paro cardíaco, fruto del susto recibido tras dicho comentario. Y todo ello en una simple operación de amigdalas.